lunes, 4 de abril de 2011

LA IDENTIDAD PERSONAL

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1 comentario:

Mariela, Nadia, Sandra y Elena dijo...

hola, profe Nela y Rubén: les mandamos la biografía de la persona que lleva el nombre de escuela municipal Azor Grimaut.

Cortez, Mariela Clelia
Sirolesi, Nadia Vanina
Oroná, Sandra mariela
Ordoñez Moreno, Elena

Azor Grimaut
Más conocido por sus dos jerarquías, como poeta y publicista, don Azor Grimaut nació
durante el invierno cordobés en 1902 en el barrio General Paz. A los 20 años, había
cursado el colegio comercial Jerónimo Luis de Cabrera, pero luego se dedicó
enteramente al periodismo. Casi siempre, y sin mejor ilusión que dejar el sabor singular
del ayer en la memoria de nosotros, escribió para las páginas de La Voz del Interior,
con el seudónimo de Loica y de Luis Pulso.
Esta labor duró muchos años de modestia, hasta que en 1949 publicó el expresamente
notorio e iletrado libro de poemas Ancua.
En 1953 Grimaut publicó Duendes de Córdoba, entre cuyos relatos se honraron
insospechadas criaturas y aparecidos del Matadero viejo, el Calicanto de la Palada y la
esquina del Degolladito.
En 1951 se editaron las Estampas de Córdoba con grabados originales de Alberto
Nicasio. En 1971 apareció Cordobeseando y más tarde, en 1974 el llamativo volumen
culinario titulado Comidas cordobesas de ayer.
El éxito logrado por Ancua, resulta una especie de paradoja, puesto que el libro mucho
más pintoresco viene a ser una granujada estética. Salvo el egregio Ascasubi, en el
ámbito cordobés la lengua popular alcanza acertadamente un rasgo festivo y vital.
Poesía que supone un interlocutor imaginario, que escucha instintivas fealdades de
conversador nativo de los barrios pobres, que no tiene que ser previsiblemente un
personaje del mal vivir o del espinoso Abrojal. Consta que la lengua coloquial, vulgar y
graciosa, pero con fuerte relieve plástico y mimético. Resulta así un lirismo
enternecido, sin violencia, del que bien nace el tema de la ternura social y la franqueza
nativa.
Azor Grimaut, escribe como habla, pero sin crear la irritable oscuridad que
termina en la aberración de las orillas. Sus personajes alcanzan proporciones humanas
porque nacen de la misma confesión de su mundo, cuyas alteraciones prosódicas no
modifican la estructura sustancial del idioma. Cumplida su función poética, el
abanderado de los relatos de costumbres, folklore y habla popular cordobesa, fallece
en 1986.

Publicaciones:

El loco (1920), Ancua (1949), Duendes de Córdoba (1953), Estampas de Córdoba, La
Cañada (1954), Cordobeseando, Costumbres populares (1971) y Comidas cordobesas
de antes (1974.

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